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nueva sede de nice
ubicaciòn:oderzo, treviso
proyecto:carlo dal bo
proyecto luminotécnico:sergio pellizzatto, stingers
no puede haber buena arquitectura sin un buen promotor, y en el caso de la construcción de la nueva sede de nice en treviso el componente proyectual y dialéctico determinado por el promotor ha sido particularmente importante. lauro buoro, en este caso, se ha distinguido por la sensibilidad, la capacitación y el estilo mostrado en esta aventura, vivida en estrecho contacto con el proyectista, carlo dal bo. un recorrido que comenzó en 2000 con el concurso, bajo invitación, para la selección del proyecto de construcción del nuevo almacén de nice y de las nuevas oficinas. el proyecto contemplaba un gran almacén, que seguía sustancialmente la planimetría del solar, y un cuerpo de oficinas posado sobre él como el puente de mando de una gran nave en movimiento. en su evolución, la realización del proyecto acabó distanciándose de las ideas iniciales, pero manteniendo íntegros los principios de la composición. tal vez el aspecto más característico de la construcción del almacén haya sido el de situar las claraboyas continuas exactamente encima de los grandes arcos de hierro, inundándolos de luz y dándoles así mayor ligereza. el tamaño del solar ha determinado además la abertura de los arcos, unos 40 metros los once primeros, 65 el intermedio, 80 los dos dobles que descienden hasta el suelo y están separados de los demás por un “pasillo” con techo transparente. seguidamente se construyeron las oficinas, cuya característica proyectual se puede sintetizar en dos términos: morfología y movimiento. la empresa nice produce movimiento, o por mejor decir, sistemas de movimiento; sus bellísimos objetos, concausa de su éxito, diseñados por roberto gherlenda, sirven para “hacer mover” objetos, ya sean estos verjas o cortinas. el movimiento debía, por tanto, ser el alma de este proyecto. el cuerpo de oficinas sale (nace) de la tierra, se enrosca en torno al hueco del patio central para volver, con tendencia ascendente, de nuevo por la zona de donde surge. la morfología de la construcción es dinámica, los anillos (plantas) del patio interno son “cercos” que discurren uno sobre otro sugiriendo un movimiento rotatorio; las escaleras son elípticas y se enroscan hacia lo alto, la sección del auditorio es como una caracola: se origina en la mesa, que se despliega sobre el suelo para hacerse pared y techo; las cristaleras de los ventanales del lado sur están inclinadas con respecto a la fachada como por efecto del imaginario recorrido de la construcción. además de la morfología, es imprescindible hablar también del uso de la luz en este proyecto: la luz natural y la luz artificial. luz natural: la luz era muy importante ya en el proyecto inicial, pero ha sido en el curso del trabajo, a pie de obra, donde ha adoptado un valor particular. una vez montada la estructura, era evidente que desde cualquier punto se podía ver “a través”, cada parte era invadida por la luz y se conservaba la continuidad del espacio. a partir de la observación in situ, el proyectista ha decidido acentuar dos líneas de actuación ya presentes: aumentar los “espacios abiertos” y usar lo más posible paredes de cristal para crear las divisiones necesarias. de ese modo, durante el día la continuidad de la luz permea la construcción que se puede atravesar por entero con la mirada. luz artificial: obviamente, no podemos esperar de la luz artificial el mismo comportamiento que la natural. podemos pedirle menos o más: pedirle, por ejemplo, que atraviese los espacios, aunque no con la misma etérea ligereza, y es éste “menos” el que puede transformarse enseguida en un “más”, puede transformarse en escenografía, fuerza, color y estupor. el proyecto de luz ha sido fruto del encuentro de las exigencias del proyectista arquitectónico con las competencias del proyectista luminotécnico. el arquitecto ha pedido “láminas luminosas en el techo” y allí estaba la m7 especial de Viabizzuno, que acabará siendo el corazón mismo de la iluminación interna; para los exteriores, en cambio, se han utilizado las bacchette magiche que siguen el recorrido del deck por el campo de trigo y la 120 empotrada para el efecto Shangai del gimnasio. La atención que el proyectista ha prestado a la elaboración de la luz enlaza con un concepto más amplio, animado por la idea y la exigencia del bienestar en los espacios arquitectónicos concebidos para el trabajo. ¿qué es lo que define la sensación de bienestar? el proyecto ha tratado de obtenerla mediante la luz y con otros instrumentos estrechamente vinculados a la luz: el color y los materiales. el color: el color se ha usado en la moqueta (por lo demás necesaria para la absorción acústica), en los muebles denz con la serie de “colores de le corbusier” (muebles utilizados junto con las mesas y los asientos vitra), en las paredes, con un color distinto en cada planta. los materiales. el abundante uso del vidrio, por un lado permite el paso de la luz y sirve al bienestar, por otro presenta el riesgo de producir una sensación fría; por esa razón, el frío del cristal se ha ido compensando con el material cálido por excelencia: la madera. la madera que, por ello, ha sido usada para los cierres del patio oval, para los suelos de la entrada, del bar y de la zona restaurante, para los antepechos y para las puertas de las mismas paredes de cristal. en el bar hay toda una pared ondulada revestida de madera zebrano. en el entresuelo, en torno al jardín central se agrupan un gimnasio y una zona de relax con sauna y baño turco. el patio interno en realidad es un jardín interno, suficientemente grande como para poder percibir el cambio de colores y de estaciones, la lluvia, el viento y la luz cambiante del cielo. este espacio se convierte en el centro del proyecto, en el que la luz, la materia y el bienestar se unen en un solo gesto.

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